Viaje Delta del Ebro

El primer día de viaje nos fuimos a dar un paseo en barco por el Delta del Ebro hasta casi la desembocadura en el Mediterráneo. Después nos dirigimos al hotel, que ya era hora de descansar un poquito en la playita antes de cenar.

Al día siguiente nos aventuramos a nadar con atunes, la mayoría fueron valientes y bajaron a la piscina en medio del mar, y por la tarde, otro paseo en barco, pero esta vez por el puerto de Tarragona.

En Barcelona no tuvimos tanta suerte con el tiempo, y acabamos todos empapados, pero a pesar de tener que hacer la visita guiada en bus, La Sagrada Familia nos dejó encantados con todos los simbolismos que esconde.

PortAventura fue el día más deseado, y ese día si disfrutamos todos como niños, a pesar de las largas esperas en las atracciones más famosas.

Antes de regresar a Fuenlabrada, teníamos prevista una mañana de piscina y playa como despedida, pero el tiempo no nos dejó darnos ese último baño, así que muchos aprovecharon para echar una siesta en las hamacas y otros jugando al pin-pon.

Las noches en el hotel fueron divertidas, y casi todos acabamos bailando con las animaciones que tenía preparadas el hotel.

El viaje llegó a su fin, pero creo que todos lo recordarán con mucha diversión y anécdotas de todo tipo, para este viaje que supone el fin de una etapa para todos ellos.

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